El triatlón de la Comunitat Valenciana hizo historia este pasado verano. Nunca había estado presente en unos Juegos Olímpicos. París 2024 enterró la insignificancia y la irrelevancia, y dio paso a la presencia y al protagonismo. El pionero fue Roberto Sánchez Mantecón (Manises, 28 años). El embajador FER conservará, de por vida, tal honor. Nadie podrá arrebatarle tal privilegio. Establecido el hito, inscrito su nombre en los anales del deporte valenciano, Roberto no pudo redondear la fiesta en la capital francesa. Simplemente, no tuvo su mejor día. De por sí, el triatleta FER sufre en el segmento de natación. En París, las fuertes corrientes existentes en el Río Sena convirtieron el tramo acuático en una emboscada. Roberto fue uno de los grandes perjudicados. Subió a la bici ya sin opciones, con la prueba rota en mil pedazos. Al final, 36ª plaza (del total de 55 participantes) para el deportista de Manises.
Roberto Sánchez regresó de París con sensaciones encontradas. Al gran mérito de llegar a unos Juegos Olímpicos, a la satisfacción de haber logrado un pasaporte carísimo y muy trabajado, y a la felicidad de haber disfrutado de una experiencia con la que soñó desde que era un niño, se añadían la frustración por un resultado inesperado, o la decepción por no ofrecer las prestaciones deseadas. Además, a los pocos días de su vuelta, fue víctima de una indisposición que le mantuvo apartado de los entrenamientos durante dos semanas. Ahora, los Juegos de París y su enfermedad ya son historia. Se impone el presente, el ahora. Y la actualidad pasa por su inminente reaparición. En la madrugada del jueves al viernes, Roberto afronta en China la penúltima Serie Mundial del año. Es de distancia olímpica. Así la afronta.
Prácticamente, ya al 100%. Hace pocos días, me hice unas pruebas. Felizmente, salieron bien. Las dos semanas de descanso me vinieron fenomenal.
Sí, porque aspiraba a mucho más. Después de todo el sufrimiento y el esfuerzo para clasificarme, sentí que no disfruté plenamente de la experiencia. Nunca me gusta poner excusas, pero tuvimos que gestionar un escenario distinto al del Test Event de 2023. Primero, con todas las dudas sobre dónde se celebraría la prueba, y sobre si habría o no habría natación; después, con el cambio de día; también, por no poder hacer los reconocimientos previos; y, por último, por las complicadas condiciones que nos encontramos en el Sena, cuyas corrientes fueron tremendas. Repito, no es excusa, pero los días previos fueron complicados.
Sí, París ya es historia. Que nadie piense que todo fue negativo. Ni mucho menos. También tuve momentos muy emocionantes. Sobre todo, en la Villa. Y, por supuesto, feliz y orgulloso por haber representado al deporte español y por haber sido el primer triatleta de la Comunitat presente en unos Juegos.
La vida y el Mundial siguen. Además, este año, precisamente por la celebración de los Juegos, se celebran menos Series Mundiales. De momento, no se me dio bien Yokohama, estuve mejor en Cagliari y no competí en Hamburgo por estar a dos semanas de París. Por tanto, es una buena oportunidad para ver cómo estoy (al respecto, la participación es de auténtico lujo), para recuperar sensaciones y para preparar la Gran Final de las Series Mundiales, en Málaga.
Aún he de concretarlo, pero, casi seguro, tras competir en Málaga, a la semana siguiente, en el último fin de semana de octubre, disputaré una Copa del Mundo en Corea.
La idea es seguir compitiendo al máximo nivel. Los Ángeles 2028 es un objetivo, sí, y, si no pasa nada raro, iré a por él, pero queda lejos. Ahora, hay que pensar en el corto plazo, e ir a competiciones que me sigan ilusionando y motivando.