Ahora, sí. Últimas pedaladas del año. Tras miles y miles de kilómetros, el ciclismo está a punto de bajar el telón del curso 2024. El epílogo se escenifica durante toda esta semana en Suiza, escenario del Campeonato del Mundo de ruta. Al igual que ocurrió el pasado año, en Glasgow, la Unión Ciclista Internacional (UCI) vuelve a reunir, en una misma sede, a las competiciones convencionales y a las adaptadas. Una apuesta innovadora, inclusiva, original y compleja que, en 2023, ofreció un buen balance.
La representación del Proyecto FER en el país helvético está formada por el joven y emergente Héctor Álvarez, y por los longevos ciclistas paralímpicos Maurice Eckhard y Ricardo Ten. Nos centramos en los dos últimos. Ambos protagonizan unas historias tan emotivas como apasionantes. Por una parte, la del mítico y legendario Ricardo Ten, quien, hace apenas tres semanas, firmaba unos memorables Juegos de París con la obtención de tres medallas. Destacó, especialmente, el oro en la crono individual de la categoría MC1. Por otra, la de Maurice Eckhard, otro ilustre veterano. Otro irreductible. Maurice va a reaparecer después de casi un año de inactividad a causa de una lesión.
Ricardo Ten: “Lo que no aporte el cuerpo, lo hará la motivación”
Obviamente, tras concluir hace tres semanas los Juegos Paralímpicos, con todo lo que ello supone en cuanto a desgaste físico y mental, quizás, no llego con una absoluta entereza. Pero estamos ante un Campeonato del Mundo de ruta. Es decir, hablamos de un evento muy especial. Además, de nuevo, vamos a coincidir con los ciclistas convencionales. Por tanto, merece la pena hacer un último esfuerzo. Lo que no pueda el cuerpo, lo compensará la motivación.
Lo he dicho en diversas ocasiones durante los últimos días. Estaré en plena batalla hasta que me vea competitivo y hasta que conserve plenamente la ilusión, la pasión… Sé que mi final está más cerca que lejos, pero creo que todavía no ha llegado el momento. Sin el deporte, me sentiría vacío por dentro. Mientras el cuerpo y la salud me lo permitan, voy a seguir.
Por supuesto. Desde luego, si repito el nivel mostrado en los Juegos, tengo mucho camino recorrido. Y también me gustaría ganar el oro en la prueba en línea MC1. En el Mundial del pasado año, la victoria se me escapó por centímetros. Toca revancha.
Hoy en día, no lo puedo asegurar. Queda mucho tiempo aún. Repito lo que he comentado antes. Esperemos que el cuerpo me respete. Además, como he explicado en los últimos días, en 1984, con sólo nueve años y poco tiempo después del accidente que tuve, vi por televisión todos los Juegos de Los Ángeles. Aquello me fascinó y me permitió descubrir el deporte de alta competición. 44 años después, estaría bien volver a Los Ángeles, ahora como protagonista directo, para, entonces sí, cerrar el círculo.
Maurice: “Para mí, disputar este Mundial es todo un regalo”
Estoy contento y emocionado, pero, sobre todo, contento. Han sido muchos meses sin ir en bici. Después de tanto tiempo, volver a competir y hacerlo en un Mundial es una gran alegría. No sé si es un poco precipitado, pero cuentan conmigo y yo estoy por la labor. No espero nada especial. Me lo tomo para saber cómo y dónde estoy.
Nunca pensé que el ciclismo se había acabado para mí. Sabía que, más tarde o más temprano, volvería a subirme a una bici. Eso sí, no pensaba que me reencontraría con la competición antes de que acabara el año. Pero se ha dado la opción. Para mí, es un regalo.
Yo diría que me encuentro entre un 60 y un 70%. Repito. Es un Mundial, estoy motivado y voy a hacer lo máximo posible, pero no espero milagros después de casi un año sin competir. Con respecto a las pruebas que voy a correr, disputaré tanto la crono (martes 24) como la carrera en línea (viernes 27). Mi foco, como siempre, está puesto en la contrarreloj individual.
Mis planes futuros solo pasan por este Mundial de Zúrich. Después de esta gran cita, ya veremos.