De la decepción, a la esperanza. De la desolación, a la ilusión. Del apagón, a la luz. Así de antagónicos fueron los estados de ánimo del balonmano femenino español en apenas 24 horas. El domingo 10 de diciembre, el combinado nacional era derrotado claramente por Holanda y decía adiós al Campeonato del Mundo. No alcanzar los cuartos de final del certamen universal, al margen de significar una fuerte decepción, podía acarrear la peor de las consecuencias: la ausencia en los Juegos de París. Sin embargo, no estaba todo perdido. Quedaba una última oportunidad. España pasaba a depender de otros resultados para aferrarse al sueño olímpico. El lunes 11 de diciembre, llegó la buena noticia. Bendita carambola. Contra pronóstico, Hungría superaba a Croacia (además, con una inverosímil remontada en los últimos minutos) y ‘Las Guerreras’ resucitaban. Al menos, de momento. Al menos, durante unos meses.
“Tenemos sensaciones contradictorias. Por una parte, nos volvimos del Mundial muy tristes, muy decepcionadas. Hay que ser autocríticas y hay que reconocerlo. Por primera vez en mucho tiempo, no hemos sabido competir en un gran evento. No obstante, tengo muy claro que somos mejores de lo que hemos demostrado. Los entrenamientos previos sí fueron de nivel y de calidad, pero luego, no supimos reflejarlo en los partidos. Y no sólo me refiero a las dos últimas derrotas, a los encuentros ante República Checa y Países Bajos. Incluso, en las cuatro victorias anteriores, no quedamos plenamente satisfechas o convencidas. Ganamos, sí, pero jugando a ráfagas. En global, nuestras prestaciones no han estado a la altura de todo un Mundial”, apunta Lara González, la capitana del combinado español.
Pese a la bola extra de la que van a disponer ‘Las Guerreras’, en el entorno se impone un cierto pesimismo. Cuanto menos, un cierto escepticismo. España ya sabe que se enfrentará en el Preolímpico a Argentina, Holanda y República checa. Es decir, volverá a encontrarse con las dos selecciones europeas que le derrotaron y le apartaron de los cuartos de final del reciente Mundial. Cabe recordar que el Preolímpico, previsto entre el 11 y el 13 de abril, consiste en un grupo de cuatro equipos. Tras una liguilla de tres partidos, los dos primeros clasificados accederán a París 2024. “Puedo entender que haya muchas dudas con respecto a nuestras opciones olímpicas, pero nosotras no somos tan pesimistas. Venimos de jugar un Mundial muy flojo, sí. Es una realidad indiscutible, pero creo que, durante los últimos años, nos hemos ganado el derecho a que se confíe en nosotras. Estoy convencida de que el Preolímpico será otra historia. Además, durante 24 horas, estuvimos fuera de los Juegos. El destino nos ha dado otra oportunidad. No sé ni ganaremos o perderemos, no sé ni nos clasificaremos o nos quedaremos fuera de París, pero sí sé que no se van a repetir los partidos tan flojos de este Campeonato del Mundo”, señala la jugadora alicantina (Santa Pola, 29 años).
Sobre si jugar el Preolímpico en casa puede ser clave, la deportista FER señala que puede ayudar, “pero no creo que vaya a ser determinante. Ojalá sea en España, claro, pero, por encima de este detalle, lo más importante somos nosotras, nuestra mejora, nuestro carácter, nuestro orgullo, nuestro prestigio… Tenemos por delante tres meses para hacer borrón y cuenta nueva. Está en juego algo tan grandioso como un billete olímpico. No existe una mayor motivación que ésta. Confiad en nosotras”. Palabra de capitana.