Fue el torneo de su vida. La competición soñada. La ciudad francesa de Montpellier ya forma parte de sus destinos favoritos. Tres días después de proclamarse subcampeón de Europa, Salvador Cases (Alicante, 25 años, menos 73 kg) sigue saboreando su gesta, su heroicidad. Una plata continental que apuntala su competitividad, que le consolida en la vanguardia internacional y que, sobre todo, representa un paso gigantesco hacia los Juegos Olímpicos de París. El deportista FER tuvo que recurrir a su mejor versión. Desde el primer combate, se enfrentó a un cuadro diabólico, a un camino muy complejo, a rivales de primerísimo nivel. Por ejemplo, en octavos de final, superó al italiano Giovanni Esposito, plata en el Europeo de 2022. O, por ejemplo, en semifinales, derrotó al georgiano Lasha Shavdatuashvili, campeón del mundo en 2021 y triple medallista olímpico. Cases sólo cedió en la final ante otra estrella, el azerbayano Hidayat Heydarov, quien, de esta forma, revalidaba el oro continental alcanzado el pasado año.
Tres de las cuatro victorias llegaron por ippon. En octavos y en cuartos, gracias a su prodigioso judo de suelo, a sus dotes para girar a sus rivales en el tapiz e inmovilizarlos durante 20 segundos, técnica en la que Cases es uno de los mejores del mundo. Curiosamente, el combate de mayor sufrimiento fue el primero, el que disputó ante el israelí Butul. “En el primer cruce, lo pasé mal, estuve incómodo. No llegué a verme cerca de la derrota, pero sufrí. De hecho, no pude ganar hasta el tercer minuto del Golden Score, del tiempo adicional. A mí, siempre me cuesta entrar en competición. El primer combate siempre es peligroso y traicionero. En este caso, además, el rival era duro. En el resto de los cruces, me encontré muy bien. Disfruté de la competición. También, en la final, a pesar de perderla”, comenta el judoca alicantino.
Preguntado sobre si este Campeonato de Europa había sido el mejor torneo de su vida, el deportista FER no lo afirma categóricamente. “No sé si ha sido la mejor actuación de mi carrera. También los cuatro bronces en Grand Slam son de un gran valor. Además, nunca pienso en si he llegado más arriba que nunca. Estoy feliz, claro, pero con ganas de más. Pienso que tengo margen de mejora. Soy inconformista y creo, sinceramente, que el oro europeo era alcanzable. Nada más perder la final, sentí frustración y rabia, pero, con el paso de las horas, y viéndolo en perspectiva, reparé en que había completado un torneo casi perfecto. Dicho esto, es cierto que este Europeo ha sido especial por dos motivos: primero, porque nunca había tenido a tantos familiares y amigos en la grada; y después, porque la participación era de lujo y porque había superado a judocas muy buenos”, comenta.
Al margen de su prestigio y valor, el subcampeonato continental refuerza muy claramente las opciones olímpicas de Salva Cases. “Cada vez, estamos más cerca. Yo, por supuesto, iba a Montpellier a por un podio en el Europeo, pero, sobre todo, a por una medalla que consolidara mi candidatura olímpica. Objetivo conseguido”. De esta manera, el judoca FER logra su quinto gran podio internacional. En 2022, consiguió una plata en el Grand Prix de Portugal, y sendos bronces en los Grand Slam de Turquía y Abu Dabi. En 2023, antes de esta plata continental, ya se había colgado el bronce en el Grand Slam de Tiblisi. En breve, el judoca alicantino viajará a Tokio, donde permanecerá concentrado unas semanas antes de afrontar, el 2 de diciembre, el Grand Slam de la capital nipona, torneo con el que cerrará la temporada. Otro curso merecedor de un sobresaliente.