Volver a empezar. Partir de cero. Regresar a la casilla de salida. Son expresiones y situaciones más que conocidas para Eusebio Cáceres. Durante toda su carrera deportiva, el atleta FER (Onil, 32 años) se ha acostumbrado a levantarse tras una mala experiencia, tras una decepción, tras una lesión. A abstraerse de un pasado adverso. A mirar hacia el futuro. En suma, a hacer borrón y cuenta nueva. El deportista alicantino ha de enfrentarse, de nuevo, a este escenario. Tras un 2023 sin buenas noticias, incluso, sin apenas competiciones, Eusebio vuelve a la rampa de lanzamiento. La historia le permite ser optimista. Hay muchos precedentes favorables. Ahora, el saltador FER busca confirmar que es poco menos que indestructible. Aspira a demostrar que quien tuvo, retuvo. Pretende evidenciar que su resistencia es proporcional a su clase. Del pasado, pero, sobre todo, del presente y del futuro, hablamos con Eusebio.
Felizmente, por el momento, estoy bien. El pasado año, tuve problemas en el tendón de Aquiles de los dos pies. Estuve mermado. Me fue imposible competir en buenas condiciones. Ahora, llevo ya un mes de entrenamientos y las sensaciones son buenas. Si acaso, las típicas agujetas de toda pretemporada.
Se puede llamar así, pero yo lo definiría mejor como ser cabezota, ser insistente. Y si soy cabezota e insistente, es porque, felizmente, mantengo la ilusión. Ha desaparecido por completo ese cierto rechazo que me inspiraba la longitud después del verano de 2022. Sigo confiando en mí y sigo pensando que soy capaz de conseguir grandes saltos y buenos resultados.
Muy bien. Cuando pasas momentos malos, pero los superas, sales reforzado, adquieres un plus de vitalidad. Para bien o para mal, yo ya tengo experiencia en este tipo de situaciones. Sé que estamos ante un año muy especial. Quedan sólo 9 meses para los Juegos de París.
Sin duda. El año pasado, hice, en efecto, pocas competiciones. En algunas de ellas, incluso, tuve dudas de empezarlas, porque no estaba bien, porque tenía dolores. Reitero que, si no tengo problemas y estoy en plenitud, no sólo me veo rondando los 8 metros; me veo superándolos. Es más, no considero nada utópico ese 8,27 establecido como mínima olímpica por World Athletics.
Iván está tranquilo. Me transmite serenidad y confianza. Él sabe lo que me ocurrió el pasado año y, sobre todo, sabe que puedo seguir siendo muy competitivo. Ahora, estamos trabajando principalmente aspectos técnicos. Desde que llegué en abril, me encuentro a gusto, tranquilo y contento en Guadalajara.
Rotundamente, sí. El año 2024 se presenta apasionante. En marzo, tenemos Mundial indoor en Glasgow, donde quiero estar. En junio, tenemos Europeo al aire libre en Roma, donde quiero estar. Pero sin duda, todo va encaminado a los Juegos Olímpicos de París. Esta es mi principal vitamina en el día a día. Allí quiero estar. Voy a dejármelo todo para conseguir ese billete olímpico. Y al respecto del futuro, el tiempo dirá. Yo no sé si estaré o no en París, pero, hoy en día, por mi cabeza no pasa que París vaya a ser el final del trayecto.