Durante los últimos años, el equipo español masculino de gimnasia artística es uno de los colectivos más admirados y reconocidos del deporte nacional. Todos sus componentes rebosan calidad, clase, talento, espíritu… En suma, irradian ejemplaridad. Hace pocos días, han acumulado más méritos y argumentos para reforzar su celebridad e incrementar su reputación. El motivo no es otro que la clasificación para los Juegos de París tras la disputa del Campeonato del Mundo. Un logro extremadamente meritorio. De por sí, la obtención de un billete olímpico ya entraña un extraordinario valor. Y más, en una modalidad como la gimnasia artística, cuya competencia a nivel internacional es feroz y despiadada.
Pero en este caso, la conquista es, si cabe, más encomiable. Más emocionante. No ha sido un curso fácil para los Ray Zapata, Nicolau Mir, Joel Plata, Tierno Diallo o Néstor Abad. Desde que arrancó 2023, se han sucedido los percances. Algunos de ellos, muy serios. Incluso, graves. Es decir, el combinado español no llegaba a Amberes, escenario del certamen mundialista, en plenitud condiciones. Tampoco, Néstor (Alcoi, 30 años). En las dos últimas semanas, el deportista FER estaba condicionado por unas fuertes molestias en la muñeca izquierda. Y se notó. Las prestaciones de los gimnastas españoles no fueron, por ejemplo, las ofrecidas en el Mundial del pasado año, en Liverpool. De hecho, en lo colectivo, no lograron clasificarse para la final (lo conseguían los ocho mejores y España terminó novena). Y en lo individual, inicialmente, no hubo ningún representante en la final all around. Pese a ello, conquistaron uno de los nueve pasaportes olímpicos disponibles y se aseguraron su presencia en París. Objetivo conseguido.
“Quizás no haya sido nuestro mejor Mundial, pero sí el más meritorio. No llegábamos a Bélgica en plenitud. Prácticamente, todos habíamos sufrido algún problema durante los últimos meses. Yo, por ejemplo, llevo desde mediados de septiembre con unas molestias muy fuertes en la muñeca izquierda. Por todo ello, a pesar de que no pudimos convertirnos en uno de los 8 mejores conjuntos para disputar la final del torneo por equipos, la obtención del billete olímpico lo compensa todo. Estoy convencido de que, en los Juegos de París, si todo va bien, y si la salud y la suerte nos acompañan, lo haremos mucho mejor. En este Mundial, todos, en mayor o menor medida, nos hemos quedado con ganas de más”, comenta Néstor.
Con respecto a su actuación, Abad está contento. “Tal y como llegaba, no puedo reprocharme nada. Claro que me hubiera gustado ofrecer un mejor nivel y haberme acercado a las prestaciones de los últimos Mundiales, pero, si no lo conseguí, es porque realmente no pude. Es más, antes de competir, yo ya sabía que, salvo recuperación milagrosa, no podría disputar la final individual, siempre y cuando me clasificara. Había momentos en que el dolor en la muñeca era angustioso. Realmente, fui a Bélgica a poner mi granito de arena para la clasificación olímpica del equipo. Cuando supe que me había quedado a las puertas, como primer reserva, de la final individual all around, tuve sentimientos enfrentados. Por una parte, me supo mal. Me dio rabia. En los últimos cuatro Mundiales, había sido uno de los 24 elegidos. Por otra, sentí un cierto alivio. Hubo renuncias. Es decir, tenía la oportunidad de disputar una nueva final individual de un Campeonato del Mundo pero también yo renuncié. No iba a disfrutarla. Y si no estás en condiciones de disfrutar una competición, mejor esperar a una mejor ocasión. Fue una sensación extraña y fue una decisión complicada, pero no podía hacer otra cosa”, admite el deportista de Alcoi.
Al margen de todo ello, la realidad es que Néstor Abad es todo un ejemplo de longevidad. De cómo mantenerse en la vanguardia nacional e internacional durante muchos años, a pesar de que, por momentos, el camino ha sido un campo de minas. A sus 30 años, el gimnasta FER se dispone a ser olímpico por tercera vez consecutiva. Ya lo fue en Río y en Tokio. “Es mucho más de lo que, cuando era un niño y empecé con la gimnasia, podía imaginar. Participar en tres Juegos Olímpicos, en un deporte tan exigente y sacrificado como la gimnasia, me enorgullece. Ahora, sólo pido que la salud me respete. Quiero llegar sano y fuerte a París, sin dolores, sin molestias, sin sustos”. No hay duda. Néstor Abad ya es uno de los mejores deportistas de todos los tiempos en la Comunitat Valenciana.