Del Europeo, al Mundial. De Holanda, a Portugal. Sólo un mes después de encumbrarse gracias a la medalla de bronce lograda en el Campeonato de Europa junior de judo, Adriana Rodríguez Salvador regresa a los tatamis para, en este caso, disputar el Campeonato del Mundo. La judoca FER (Castalla, Alicante, 19 años, categoría de menos 57 kg) aterriza en la ciudad portuguesa de Odivelas, sede del evento, con la moral por las nubes. Con confianza. Sabe que parte como una de las aspirantes al podio, pero lo asume con naturalidad. Bendita presión. Adriana solo desea conservar las sensaciones que tuvo en La Haya. Si disfruta como lo hizo en Holanda, no es descartable que regrese de Portugal con otro metal al cuello. Horas antes de disputar su primer Mundial junior (compite este jueves día 5), así se expresa.
Llego al Mundial casi igual que al Campeonato de Europa. Es decir, sigo teniendo algunas molestias. Pero ya tengo la experiencia y el precedente positivo del Europeo de hace apenas un mes. Me blindaré psicológicamente, asumiré que tendré que competir con algo de dolor, llevaré una protección en esa rodilla y a por todas.
Sí, pero no lo pienso demasiado. La clave es no auto presionarte y afrontar cada combate con normalidad, con naturalidad, y no pensar si la medalla de bronce en el Campeonato de Europa te obliga a hacerlo bien en el Mundial.
De momento, no me afecta. Otra de las claves que intento aplicar para competir bien es olvidarme del nombre del torneo. Es decir, por mucho Mundial que sea, pensar que es una competición más, como cualquier otra. Todos los trucos que ayuden a rebajar la tensión, a reducir la presión y a competir con soltura, son bienvenidos.
Sí, y considero que lo estoy mejorando. Sigo pensando que mi principal fortaleza es el judo de pie, pero siento que estoy progreso con el judo de suelo.
Lo he repasado por encima. He visto que repiten algunas de las chicas que disputaron el Europeo hace pocas semanas. Y he visto que hay algunas novedades de rivales de otros continentes a las que no conozco.
Por supuesto. Ese es el objetivo. Estoy convencida de que, si conservo las sensaciones que tuve en el Campeonato de Europa, que fueron buenísimas, y si conservo el nivel de confianza y tranquilidad, estaré entre las mejores. Repito lo mismo que dije antes del Europeo: el objetivo mínimo es llegar a los cuartos de final. A partir de ese momento, a soñar con todo.