Dos de dos. Pleno. Mirembe Twehamye (Almàssera, Valencia, cumplirá 17 años en octubre) ha disputado dos Campeonatos de Europa con la selección española. Y, de momento, el balance es insuperable. En 2022, medalla de plata en el Europeo sub-16, en Portugal. En 2023, hace apenas dos jornadas, bronce en el Europeo sub-18, en Turquía. Dos deslumbrantes conquistas que relanzan la prometedora trayectoria de este talento esculpido y cincelado en L’Alqueria del Basket. De hecho, Mirembe se incorporó a la cantera del Valencia Basket a los 9 años. “Empecé jugando en el equipo de mi localidad, el Jovens Almàssera. Siendo benjamín de segundo año, jugué un partido amistoso contra el Valencia Basket. Cuando acabó el encuentro, la entrenadora del Valencia me dijo que quería contactar con mi madre para plantearle la incorporación al club de la Fonteta. A los pocos meses, ya me había incorporado a la cantera taronja. Y hasta hoy”, recuerda la deportista FER.
La posición natural de Mirembe Twehamye es la de alero, la de 3. Ahora bien, gracias a sus privilegiadas condiciones físicas, la joven deportista valenciana puede desdoblarse al 2 o al 4. “Mis puntos fuertes son el físico y la defensa. Soy una jugadora intensa y enérgica. Me gusta presionar al máximo a mi oponente. En ataque, intento producir bastante y, sobre todo, dar asistencias. Una de mis debilidades es el lanzamiento. He de mejorarlo”, comenta la componente del Proyecto FER, una apasionada del deporte, y que tiene a Cristina Ouviña y a Queralt Casas “como dos de mis grandes referentes. De ellas, me fascinan su espíritu, su carácter, su personalidad. Me transmiten ganas de luchar, no dar nada por perdido y dejarlo todo en la cancha”, comenta Mirembe, feliz tras su bronce en el Europeo sub-18
Sin duda. Ir convocada para el Campeonato de Europa sub-18 ya fue un enorme regalo. Después, la medalla de bronce ha representado la rúbrica perfecta. He vivido una experiencia inolvidable por todos los lugares en los que hemos estado, por las experiencias que hemos vivido, por la gran complicidad establecida entre todas las jugadoras… y, cómo no, por el podio final.
Sobre todo, compromiso, motivación, compañerismo, afán de superación y ganas de aprender. Y en lo puramente deportivo, nuestra defensa. Cuando hemos ahogado al rival y hemos podido correr al contragolpe, ha sido todo mucho más fácil para nosotras.
Es difícil elegir. Es como quedarme entre papá o mamá. Me enorgullecen las dos por igual. Pero quizás, me quedo con la plata del pasado año por ser la primera vez que formaba parte de la selección española en un Campeonato de Europa oficial.
Siempre que se afronta un torneo de estas características y dimensiones, hay que tener una actitud positiva, hay que pensar en lo máximo, y lo máximo es subir al podio y colgarnos una medalla. Yo creo que hemos cubierto las expectativas con las que llegamos a Turquía. Estábamos en el ramillete de selecciones destacadas y lo hemos demostrado.
Sí, en 2024, volverá a disputarse este Campeonato de Europa sub-18. Ojalá sea una de las elegidas. Ya sueño con ese momento. Siempre es un honor representar a tu país.