Pablo Herrera y Polina Berezina se convirtieron en los grandes protagonistas del pasado fin de semana. Pablo, por ser un ejemplo de longevidad y por llevarse la medalla de oro en el Pro Tour Challenge de vóley playa celebrado en La Paz, México. Polina, por su medalla de bronce en la Copa del Mundo de gimnasia desarrollada en Grecia. Ayer, nos centramos en explicar estos hitos y todo lo que conllevan. Hoy, es momento de conocer las reacciones de estos dos ejemplares deportistas.
Pablo Herrera: “Ha sido uno de los podios más especiales de mi carrera”
Así es. Somos los más veteranos y longevos.
La ilusión y la esperanza nunca se pierden. Sobre todo, si percibes que seguimos siendo competitivos. No obstante, sí es cierto que la exigencia es, cada vez, mayor; que la competencia es feroz; y que, a nuestra edad, es muy difícil mantener el máximo nivel durante todo un torneo, y con tantos partidos seguidos. Este oro ha sido una bendición y una sorpresa. Además, llegó tras algunos partidos que fueron auténticas batallas.
Cada medalla tiene su significado, su simbolismo y su memoria. Este oro logrado en La Paz es, sin duda, una de las medallas más emotivas por las circunstancias personales de Adrián. Ha sido uno de los podios más especiales. Y más, por haber llegado después de tanto tiempo.
Estamos contentos, desde luego. Los dos resultados logrados en este principio de 2023, la quinta plaza en el Elite 16 de Doha y el oro en el Challenge de La Paz, nos dan un impulso muy fuerte, pero aún falta un mundo por delante. Y al respecto de nuestra edad y veteranía, hay que dosificar los esfuerzos. Nuestro desgaste en La Paz ha sido tal que hemos decidido volver a casa y no disputar, como inicialmente teníamos previsto, el Pro Tour Elite que se celebra este fin de semana en Tepic, México.
Polina Berezina: “Tengo margen de mejora; he de adquirir más seguridad”
Sin duda. Una octava plaza (o sea, un diploma) en la general all around y el bronce en la final de aro son mis mejores resultados de siempre. Han pasado unas horas, pero aún no me lo creo.
Emoción y felicidad. Es la recompensa a un gran esfuerzo y sacrificio. Llevo muchos años compitiendo al máximo nivel internacional y no han abundado este tipo de alegrías. Por ello, ese momento de subir al podio fue como un sueño para mí.
Sí, soy muy autoexigente. De los seis actuaciones en Faliro, hice bien o muy bien 5. Para este principio de la temporada, estoy contenta, es un buen balance. No obstante, queda mucho trabajo por delante. Hay detalles por pulir. Me siento bastante segura; cada vez, confío más en mí, pero hay cosas que puedo y debo mejorar. He de adquirir más seguridad y estabilidad, y, sobre todo, he de minimizar los errores. Espero, más pronto que tarde, mostrar mi mejor versión en los cuatro aparatos y cuadrar todos los ejercicios. Espero que sea ya mismo, en el siguiente torneo, en el Grand Prix de Thiais el fin de semana del 8 y 9 de abril.