Pasa el tiempo, pero continúan siendo toda una garantía. Parecen inmunes al transcurso de los años. Aparentan ser casi incombustibles. Y esperan demostrarlo, de nuevo, en este 2023. Los longevos Ricardo Ten y Maurice ya preparan la nueva temporada. Un curso que, en tanto que previo a los Juegos Paralímpicos de Paris, se presenta decisivo. Un ejercicio que ya tiene definidas sus fechas y competiciones clave. El vértigo arrancará a finales de abril. A partir de ese momento, cuatro meses sin tregua. En la pista y en la ruta. En el velódromo y en la carretera.
La primera gran prueba internacional en 2023 para el ciclismo paralímpico será la Copa del Mundo de ruta en Italia, fijada para el fin de semana del 20 al 23 de abril. Dos semanas más tarde, del 4 al 7 de mayo, nueva Copa del Mundo de ruta; en este caso, en Ostende, Bélgica. Antes de que acabe mayo, llegarán dos nuevas citas sobre el asfalto. Del 19 al 21, el Campeonato de España. Del 26 al 28 de mayo, tercera y última Copa del Mundo. Será en Estados Unidos. Ya en junio, entre el 9 y el 11, se desarrollará el Campeonato de España en pista. En agosto, del 3 al 13, llegará el momento clave, el instante culminante del año: el Campeonato del Mundo en Glasgow. Un Mundial muy especial. Primero, porque acogerá las dos modalidades, la ruta y la pista. Después, porque va a celebrarse de forma simultánea al Mundial de ciclismo convencional. Plena inclusión. Por último, a finales de agosto, será el momento del Campeonato de Europa de ruta.
De toda esta sucesión de eventos, Maurice y Ricardo están especialmente motivados con el Campeonato del Mundo Glasgow. “Por primera vez, el Mundial de ciclismo adaptado va a desarrollarse al mismo tiempo que el Mundial de ciclismo convencional. Al margen de que estoy expectante por comprobar cómo lo organizan, porque la logística va a ser compleja, me hace una tremenda ilusión compartir velódromo y competición con 2 las grandes estrellas del ciclismo convencional, como es el caso de nuestro paisano Sebastián Mora”, comenta Ricardo Ten. Maurice, por su parte, celebra “la visibilidad que nos va a dar el Mundial de 2023. Competir al mismo tiempo que los convencionales nos va a dar mucha proyección. Para quienes llevamos tanto tiempo en este mundo, una experiencia pionera como ésta es una gran noticia. Además, nunca habíamos disputado en 10 días un Mundial en pista y un Mundial en ruta. Nos enfrentamos a un escenario desconocido. Es toda una incógnita”, apunta Eckhard.
Al margen de todo ello, en el horizonte aparecen los Juegos Paralímpicos de París, cita grandiosa para la que falta, apenas, un año y medio. De no surgir ningún contratiempo, Ricardo Ten (Valencia, 47 años) estará en la capital francesa. Y todo apunta a que el admirable deportista valenciano viajará a París con el foco puesto en la ruta y no tanto en el velódromo. “Vamos a ver cómo se desarrolla esta temporada. Vamos a ver cómo responden mi cuerpo y mi mente en los próximos meses, pero, como ya he comentado en alguna ocasión, la idea en París será dar prioridad a la carretera. En la actualidad, pienso centrar mis esfuerzos en la contrarreloj individual en ruta y no tanto en la persecución individual de 3 km en pista”, señala Ricardo.
Mientras, pese a estar inmerso en una segunda juventud, Maurice
Eckhard es consciente de que no tendrá nada fácil ser seleccionado para los Juegos de París, pero no se rinde. En su diccionario, no aparece la palabra resignación. “Reitero lo dicho en los últimos tiempos. A mis 40 años, me encuentro muy bien. En lo físico y en lo mental. Si, después de no ir a Tokio, decidí seguir un tiempo más, es porque me veo con fuerzas y capacitado para luchar por una plaza en mis quintos Juegos. Si lo consigo, será una alegría inmensa. Si no lo logro, lo asumiré con entereza y
normalidad, y no tendré nada que reprocharme”. Maurice y Ricardo, Ricardo y Maurice. Longevidad deportiva. Juventud de espíritu.