Como ocurre en casi todos los deportes, también la gimnasia se adentra en un curso decisivo. El año 2023 va a resultar vital en la carrera hacia los Juegos de París. Tanto la rítmica como la artística vivirán sus momentos culminantes con sus respectivos Campeonatos del Mundo, eventos que concederán la práctica totalidad de los pasaportes olímpicos. El Mundial de rítmica se desarrollará a finales de agosto en Valencia. El de artística se celebrará a principios de octubre en Amberes, Bélgica En ambos casos, habrá participación del Proyecto FER.
Con respecto a la rítmica, los focos apuntarán, principalmente, a Polina Berezina. La deportista FER, de 24 años, afrontará en agosto un momento soñado. De por sí, disputar un Mundial ya es una experiencia emocionante. Pero pasa a ser fascinante y de ensueño si el certamen universal se celebra en tu país y si, además, es clasificatorio para los Juegos Olímpicos de 2024. Polina ya sabe lo que ha de hacer para ser olímpica. Ha de ser una de las 14 mejores en la suma de los cuatro aparatos del Mundial de Valencia. Por cierto, de cara a este Mundial, se ha suprimido la final all around, La clasificación general quedará determinada tras la suma de los cuatro ejercicios (dos, en un día; otros dos, en otro) Difícil, sí. Muy difícil, pero no imposible.
La gimnasta nacida en Rusia, pero formada desde pequeña en la Comunitat Valenciana, deberá abrazar la perfección, la excelencia. Durante los últimos años, ha firmado algunos ejercicios espectaculares. Sin embargo, desde siempre, le ha penalizado una cierta irregularidad. Si es capaz de ser más estable, de mostrarse más constante y de evitar errores muy notables (las caídas de los aparatos), tiene sus opciones. Cabe recordar que un mismo país puede clasificar a dos gimnastas individuales para los Juegos de París. Si Polina no lo consigue vía Mundial de Valencia, tendrá una última oportunidad a través del Europeo de 2024, certamen que repartirá un único pasaporte. Hablando de Europeos, el evento continental de 2023 se celebrará en Bakú del 17 al 21 de mayo.
En cuanto a la gimnasia artística, 2023 es un curso trascendental para el veterano Néstor Abad y para la joven Irene Ros Galeano. Aunque durante el mes de abril se celebrará en Turquía un nuevo Campeonato de Europa, el evento crucial es el Campeonato del Mundo (del 30 de septiembre al 8 de octubre en Bélgica). Los 9 países que ocupen las 9 primeras posiciones en el torneo por equipos lograrán los deseados pasaportes olímpicos. No cuentan para esta lucha las naciones que ya se clasificaron para los Juegos de París a través del Campeonato del Mundo de 2022: China, Japón y Gran Bretaña en chicos; Estados Unidos, Gran Bretaña y Canadá en chicas.
El equipo masculino, en el que Néstor Abad sigue siendo uno de sus líderes y principales exponentes, tiene razones para ser optimista. En el Mundial de 2022, ocupó la sexta plaza, pero no demasiado lejos de la tercera posición. Es decir, en condiciones normales, y si muestran su nivel habitual, los chicos deberían de concluir entre los nueve primeros puestos sin excesivas dificultades y, de esta manera, conseguir el billete olímpico.
Más dudas despierta el combinado español femenino, en cuyas filas se integra la deportista FER Irene Ros y la también valenciana Laura Casabuena. En el Mundial de 2022, el equipo nacional terminó en el 17º puesto. Cierto es que afrontó el evento universal del pasado curso con un equipo de circunstancias y con bajas muy sensibles. Ahora, deberá alcanzar ese pasaporte mundialista de 2023 en el Europeo que se desarrollará en Turquía durante el mes de abril (objetivo relativamente accesible, puesto que concede 10 pasaportes). En el caso hipotético de que ninguno de los dos conjuntos se clasifique para los Juegos Olímpicos vía Mundial de 2023, España podrá aspirar a plazas individuales, lo cual complicaría la obtención de los preciados pasaportes. Sobre todo, en términos numéricos. Pocas plazas para muchos aspirantes.